Todo ser humano posee la necesidad de creer en algo superior que lo regule o le otorgue la confianza perdida en si vida quizás tenue. La fe en dios, nombre propio sin sentido de espacio, sin respaldo cognoscitivo, pero fielmente respetado y venerado como padre de la tierra y del universo…no tiene peso; es pluma.
Creo y veo la debilidad humana de creer en algo superior como dios, pero lo que critico es: ¿Por qué atribuirle a un ser supra empírico dotes que nosotros mismos, seres humanos compuestos por mundos, poseemos?; ¿Por qué opacarse contra entes inexistentes y mitológicos?.
No me opongo a la fe, sino al sentido equivoco que le otorgamos, a la dirección errónea y al malgasto de energías transcurridas hacia un final o logro utópico; y no propongo que nos confiemos en la ciencia que al igual que la religión se basan en la fe, sino en entes regularizadores de conductas intersubjetivas igualitarias y justas, aplicable en todo espacio físico, político y democrático…nada más.
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