viernes, 18 de febrero de 2011

noche de bocas secas....



Salimos con unos amigos a recorreré la cuidad de noche cuando las estrellas están en silencio, quietas del ruidoso sol de día y donde el viento nos aguarda una tierna velada. Tenemos grandes motivos para recorrer la cuidad como: un día agotador de trabajo, una tarde entera sin hacer nada, el simple motivo de estar entre nosotros u estar entre ustedes, una luna grande y amarilla o solamente el lindo y dulce vicio bohemio del humo.
Decidimos sentarnos en unas bancas con vista hacia la noche y los grillos, con vista a la noche y el lago, con vista a la noche y las estrellas. Tímidamente mis colegas van desenfundando los artículos pasajeros y clandestinos, y lo depositan en mis torpes manos para que de ellos invente un misil volátil y risueño. Comienzo a dibujar…
Posteriormente se abren puertas de par en par donde la llave es la imaginación y donde las sensaciones comienzan a adueñarse del tiempo, del cuerpo, de nosotros, del destino para despojarnos de toda sutileza humana, despojarnos de lo sucio del alma y flotar dando vueltas y vueltas como trompa a la deriva o como estrella en el mar. Nos miramos y reímos por comprender el estado en que estamos, somos víctimas voluntarias de los misiles que amasaré y sin prejuicios declaro: vamos por otro mas…
Nuevamente mis colegas mueven sus manos de manera sutil como pez en el agua y me entregan los ingredientes para que yo, ahora chef, les prepare una pizza de lujo. Lo hago y mas y mas nos hundimos en el silencio de la noche o tal vez en el de nosotros mismos, pues el silencio es el ruido del alma. Nos dejamos llevar como volantín en dieciocho.
De apoco el entorno toma formas inhumanas y parece que el cielo es de color, de apoco hablamos oraciones importantes en nuestras vidas como si fuéramos catedrático o algún filosofo de la antigua Grecia, nos inmiscuimos con lo sabio y lo profano para acceder y rozar la idiotez occidental, nos damos cuenta de apoco como el sistema de Bering nos aplasta el trasero y nosotros seguimos viviendo igual, de apoco nos transformamos en nosotros mismos para hablar sin piel del cazador…..silencio perpetuo y muerto….
De pronto se oye un susurro tenue pero querido exclamando: vamos por el último. Así la imaginación sobrepasa el estado real de las cosas y nos volvemos monos, mapuches, hombres, mujeres hasta pájaros para comprender el entorno como es: como un todo. Así vemos como la naturaleza nos brinda, aunque sea de noche y en oscuridad, una visión totalmente repleta de hermosuras divinas parecidas a las de machu-pichu, parecidas a lo que siempre vemos pero gris…el humo quita eso gris para devolverle el color a las cosas…
Ya con ganas de dormir o de comer tomamos un mutuo acuerdo, democrático y representativo, de dirigirnos hacia nuestras casa a descansar. Puesto que mañana nos ensuciaremos de todo en todo y tendremos, como consecuencia lógica y obligatoria, que volver a vivir otra: noche de bocas secas.

1 comentario:

  1. cuento bohemio de un bohemio a la bohemia, es excelente porque esta muy bien narrado,
    te pegas en el texto al leer...

    ResponderEliminar